
La inquietud del joven Léon Denis le hacía desear viajar y conocer mundo, lo que consiguió con un trabajo de representante comercial a la temprana edad de 18 años, visitando así numerosos países en Europa e incluso en África. También bebía las aguas por la música, le apasionaba y asistía con frecuencia a eventos musicales e incluso realizó sus propias composiciones. Persona muy avanzada para su época, de niño no atendía a juegos o distracciones propias de su edad, por el contrario estudiaba y desarrollaba su inteligencia con ocupaciones formativas, adquiriendo cultura y conocimientos muy bastos e importantes; y de joven, sus gustos y dedicaciones fueron incrementándose por la música, la lectura y el conocimiento en general, con costumbres saludables, sin fumar, prácticamente vegetariano, y cuidando no solo su intelecto sino también su cuerpo.
