En su madurez y cerca de los cincuenta años de edad llega a Allan Kardec noticias e informaciones sobre las mesas parlantes, giratorias, escritura automática, que le determinan a investigar, experimentar y fundamentalmente analizar estas experiencias de las que deductiva y empíricamente obtuvo la certeza de la existencia de los espíritus y de la posibilidad cierta de comunicarse con los mismos a través de médiums. Un estudio riguroso y exhaustivo le llevó a revisar, organizar, repasar y corregir la multitud de experiencias, comunicaciones, informaciones y documentos dando lugar a la publicación del Libro de los Espíritus en 1857, creando a continuación la Revista Espírita.
Es de su autoría, con la esencial cooperación de los espíritus, la codificación espirita, en la que se contiene los principios del espiritismo, El libro de los espíritus (1857), El libro de los médiums (1861), El Evangelio según el espiritismo (1864), El cielo y el infierno (1865), y la Génesis (1868), de las que se concluye de forma científica y razonada el poder y energía del amor como fuerza vital y universal que encuentra en la práctica de la caridad y la ayuda al prójimo la esencia, medio y fin transcendental de la humanidad encarnada y desencarnada.